Bendita INEXPERIENCIA
Hola seguidor@, te propongo un experimento:
Si eres diestro ( en España lo somos mayoritariamente) dibuja un círculo con tu mano derecha, la habitual, con la que dominas. Lo más espontáneamente que puedas, de un solo trazo, y anota lo más rápido que puedas todos los pensamientos que te vienen a la cabeza: me ha quedado muy bien, vaya churro, perfecto, perfecto no me ha salido pero... y si puedes, también las emociones: decepción, complacencia, indiferencia... Si eres zurdo, hazlo con la mano izquierda. Y si eres ambidiestro, te das un par de besos y pasa de esta propuesta.
Ahora "acoge" el lápiz (o lo que estés usando) con tu otra mano, la inexperta, la insegura, y traza otro círculo de una tirada. ¿ Qué te dice ahora tu mente? y sobre todo:¿Cómo te sientes?
Ya sabemos que el hemisferio derecho del cerebro es el capitán de nuestras emociones, nuestra imaginación y nuestra capacidad creadora, y el responsable del funcionamiento de lado izquierdo del nuestro cuerpo. Pero creer que porque dibujemos o escribamos con la mano izquierda en un momento puntual nos van a llover de golpe las ideas, me parece una ingenuidad. ¿¿¿Algo así como instancreatividad???
Además de que es obvio que todo el lado izquierdo del cuerpo interviene en el desarrollo del hemisferio derecho, así que tranquilidad hermanos, que lo ejercitamos constantemente.Utilizar la mano izquierda nos vendrá estupendamente para completar ese desarrollo pero no sólo cuando dibujemos; a mí, por ejemplo, que me paso el día entre lapiceros y pinceles, me funciona botar una pelota de tenis durante un ratito cada vez que me acuerdo o me bloqueo e intentar encestarla en una papelera. Ya lo voy haciendo bastante bien, así que tendré que procurarme inexperiencia en otra parte.
Echar mano, nunca mejor dicho, de nuestro no saber, de la ausencia de control, desbloquea y relajar las pretensiones, nos hace bajar la guardia y dejamos de ser inmisericordes con nosotros mismos. Es muy útil para deshacernos del látigo de los enjuiciamientos e ir al encuentro de nuestro niño amordazado, abrazarlo y permitirle ser. Nuestra mano inexperta (izquierda o derecha) nos acerca al creativo por naturaleza que somos, a la esencia de nuestra creatividad. Un estimulante calentamiento previo para permitirnos fluir, soñar y CREAR. Opino.
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