MI PRESENTE CONTÍNUO
El presente está sobrevalorado, le dije.
Escuches a quién escuches, leas por dónde leas, la consigna viene a ser "Vive el Presente". Que si el pasado ya pasó y que si el futuro no existe...así que sácale partido a tu presente y serás happy happy. Otra moto que hemos comprado (yo también he engordado el ego y la cuenta corriente de list@s, iluminad@s y gurús que predican lo que no practican). Me reconozco una incauta más.
El presente está demasiado ligado al pasado y mirar hacia atrás es cuanto menos inevitable. Mantener la vista al frente Señor, sí señor permanentemente resulta ortopédico, antinatural y agotador (pasado y pesado se parecen demasiado...). Y lo de perdonarse a uno mismo y a los demás por los errores cometidos y olvidar, suena tan maravilloso como inviable resulta su práctica, a no ser que se padezca amnesia, un coma profundo o se esté espiritualmente a la altura de Teresa de Calcuta.
Tirando de la anglosajonia, nuestro presente se llama y con muchísima razón el simple: yo como, tú ladras, ellos se lo llevan calentito....tiene más que ver con una costumbre, con un deseo, con una intención que puede o no acabar. El tiempo al que se refiere el simple no compromete, en ocasiones sirve hasta de excusa, de justificación, parece ilimitado y engancha con el pasado a la mínima: Me levanto temprano... ¿desde cuándo? ¿Desde que tu padre te tiraba un cubo de agua fría si no te despertabas a las 7 y 30?. Qué diferencia con Me estoy levantando temprano ¿verdad?
La vida está sucediendo ahora. No es que sucede, es que está sucediendo. Decir que yo dibujo lo puedo asimilar perfectamente mientras frío unas patatas; pero para mi cerebro resulta una incoherencia decir estoy dibujando mientras dormito en el sofá.
Siguiéndole la pista a esa incoherencia mental y echando mano de mi Mari Cruz (mi alter ego creativo), se me ocurre que si me adelanto un metro, unos minutos, un pasito por delante de mi presente, del simple, me adentro en una nueva dimensión mucho más vigorizante y alegre. Estoy ocupada y centrada en lo que sea que estoy realizando. Se concretizan las acciones, me comprometo conmigo porque ahora sí que realmente estoy trabajando en mis objetivos. Y no pasa nada por mirar hacia atrás porque ha dejado de importarme, porque estoy a lo que estoy ( una actitud absolutamente creativa, la de ensimismarse).
En lo que permanezca en mi presente contínuo, (me gusta hasta el nombre), todo se convierte en actividad. Este presente sí que me ubica en el AHORA y en la ACCIÓN. Este sí que me proporciona vitalidad. No importa cuando termine la actividad, lo que proporciona el subidón es que estoy empezando a..., que estoy en marcha, que estoy actuando.
El cambio mental se produce en cuanto se modifica el lenguaje, expresado o pensado, y el cambio físico, el movimiento, la actitud, es la consecuencia.
Una nueva alternativa que evita tanto los reproches como la autocomplacencia, e incluye la patada en el culo que tanto bien me hace : ya estás terminando ese cuadro que me tienes harta con tanta excusa y tanta tontería, me digo. I´m going¡¡¡