A Clara, no nos engañemos, lo que de tarde en tarde le apetece es conocer seres vivos humanos con los que entremezclarse para dar lugar a lo que sea. El resultado le trae sin cuidado, lo que le apasiona es el proceso. No es que sea una valiente como aseguran los que creen conocerla bien, que va, es una temeraria a la que casi todo le importa una mierda. Sólo ansía conocer, descubrir, y dejar que mentes únicas se follen su cerebro y su cuerpo. Por eso es tan versátil.
Pero esa puta obsesión suya por la espeleología humana, le ha llevado a coleccionar recuerdos y anhelos irrepetibles que consiguen que cada vez le sea más difícil encontrar algún individuo vivo capaz de sorprenderla. Muertos ya tiene.
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