NAMELESS



NAMELESS





Dime quién te hizo la trenza, Noor...y el nombre de tu escuela.
No te asustes. No recuerdes el frío ni la violencia del mar. 



"Llevamos a tres niños con nosotros, incluyendo a Julie y a Brahim. Es muy duro para ellos, no entienden lo que pasa y siempre están aterrorizados. Dicen cosas como: “¿Crees que vendrá la policía para llevarnos a la cárcel?”. También preguntan si van a morir. Tienen miedo de cualquiera que lleve un arma o se vista con ropas militares. Si oyen cualquier ruido se sobresaltan y nosotros tratamos de calmarles recordándoles que ya no estamos en Siria y que están a salvo. Yo no tengo hijos propios, y doy gracias a Dios por no haber tenido que traer a un hijo en este viaje. No podría soportar ver a un hijo mío sentado al borde de la carretera, y con necesidad de comida, calor o descanso y no poder proporcionarle ninguna de esas cosas.



El viaje en barco desde Turquía fue uno de los momentos más aterradores para los niños. Lloraron todo el tiempo. Empezaron a rezar y nos dijeron que lo estaban haciendo para asegurarse de que irían al cielo si morían. Lloraron durante gran parte del día de ayer. Cuando cruzamos la frontera, ayer por la noche eran alrededor de las once y media de la noche. Ahí tuvimos que caminar por una carretera entre campos de cultivo. Estaba muy oscuro y para los niños era difícil caminar. Cuando está mojado, lloran, se resbalan y se caen.

Dormimos en una tienda de campaña que nos dio el ejército. No había comida, ni agua ni luz. Pedimos mantas para los bebés y aunque los soldados fueron muy amables, nos dijeron que no tenían nada. Había un campo no muy lejos de allí, pero no podíamos caminar más porque los niños tenían hambre y estaban llorando. Se te rompe el corazón cuando les ves así."

           Así relata Rand, refugiada siria, su descorazonador testimonio para Médicos sin Fronteras en un artículo titulado:  “Los niños ven la guerra como algo mejor que este viaje”


De los millones de seres humanos desplazados, más de la mitad son niños.
De los miles de imágenes de algunos de esos niños que se publican,
tan sólo unas pocas van acompañadas de sus nombres, edades y algún que otro dato. 

Eso ayuda. Despersonalizar ayuda a que disminuya la indignación, el dolor y la impotencia.
Y a que, como escribe Jordi Évole en su magnifico artículo La cara B, nos olvidemos. 
Rostros y cifras. Muertos e intereses. Riadas de desolación en busca de algún destino. 
Cuanto más impersonal sea el tratamiento de las noticias menos nos conmoverán. 


Tan sólo han sobrevivido a la guerra, a las mafias y al Mediterráneo...
Tan sólo están solos. 
Desorientados, tristes, asustados....imagino que me miran y me ven desde cada instantánea fotográfica. 
Y no puedo abrazarles, ni susurrar sus nombres. 

Pero me creo capaz de mitigar su anonimato y mi tristeza recreando historias a su medida, 
abrigando su "no existo" con todo el amor que cada uno de estos inocentes se merece.  
Que el mar se lleve su abandono ya que tuvo a bien no llevárselos a ellos.
Sus lágrimas, sus silencios, la expresión de sus rostros me indicarán cómo hablar por y para  ellos.

A  través de NAMELESS,  les cedo mi voz.




Mi pequeña Tala, 
te contaré la historia del camellito sin joroba 
 que soñaba con vivir en el  Polo Norte.
Hasta que te quedes dormida. Shhhh.





    



Dibujos previos de Amal que significa esperanza, de Riham, de  Bsma, de Gunaid
Brahim y Amina.









NAMELESS  es un proyecto artístico que pretende convertirse en libro ilustrado.
 También se realizará una exposición con los originales de cada uno de los niños retratados y sus pequeñas historias.





BUSHRA  en proceso




    AMAL  en proceso






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